Los imposibles también existen.
Un día alguien me dijo que
escribiera lo que sentía, que era muy buena forma de
desahogarme.
Pues bien, podría hacerlo, pero sinceramente no se
por donde empezar. Empiezo por decir que yo soy de las que piensan
que aparte de escribir en papel cualquier cosa que se te pase por la
cabeza, también es bueno hacerlo. Por una vez olvidarte de todo,
por un momento olvidarte de quien eres. Sólo por un instante hacer
lo que realmente sientes, expresar lo que tanto tiempo te llevas
cayando. Lo que te apetece hacer. Quieres gritar, hazlo. Quieres
abrazar, hazlo. Quieres besar, no lo dudes más, hazlo.
¿Sinceramente, quien te lo impide? Quizás nos pongamos a pensar
demasiado en los demás dejando a un lado lo que nosotros realmente
queremos hacer.
También soy de las que prefiere arriesgarse, a no
haber intentado absolutamente nada, muchísimas cosas de las que he
intentado no han salido bien, pero sin duda a merecido la pena
intentarlo. También algunas han salido genial. Soy de las que
prefiere estrellarse un millón de veces contra la misma piedra a
darse por vencida. Que prefiere equivocarse una, dos o incluso tres
veces, porque quizás por el simple echo de intentarlo, de luchar por
lo que realmente me importa me hace levantarme con una sonrisa muchas
veces. Que yo misma comprobé que eso de que ''Segundas partes nunca
fueron buenas'' es una leyenda absurda, por lo menos para mí, ya que
incluso algo que ha salido mal una vez, lo hemos intentado hasta 3
veces y ha terminado bien. Pueden haber miles de partes y cada una
mejor que la anterior.
Lo que creemos que es imposible con
esfuerzo se consigue.
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