Atrapada en un mismo lugar, en ese día
en el que estábamos todos juntos y nadie se imaginaba que desgracias
así fueran capaces de llegar a nosotros. Si lo piensas todo era
demasiado perfecto, ¿verdad? Vivíamos con nuestros seres queridos,
sin temor a que alguno se fuera a causa de un accidente de tráfico,
de una enfermedad o simplemente porque su hora le llegó, y el hijo
de puta que vive ahí arriba que parece que le gusta llevarse siempre
a las mejores personas, que se ríe de nosotros, y a mi parecer,
tomándomelo con un poco de humor, no quería que se quedaran más
tiempo. Por aquel entonces yo era feliz, ¿quién no lo era? Tenía
todo lo que quería.
Ahora es todo lo contrario, he perdido
a seres queridos y cada día veo mejor como se puede ir otra persona
más, y os aseguro que es muy doloroso.
Quizá, las personas que no habéis
pasado por situaciones así penséis que simplemente es una pérdida,
que las pérdidas a veces son ganancias pero no es así, tenéis que
estar en la piel de una persona que haya o esté pasando por algo
así.
Ya pasen horas, días, semanas, meses,
años yo siempre les voy a tener en mi memoria y puede que con mayor
o menos intensidad les vaya a echar más o menos de menos, lo que si
tengo claro es que me encantaría volver al ayer, a las quedadas en
las que estábamos todos, a esos días enteros hablando y así miles
de ejemplos de felicidad en estado puro. Y en esos días que
solamente quieres abrir los ojos si ellos van a estar a tu lado,
dándote los buenos días como solían hacer. Aunque cueste afrontarlo es la realidad, porque sin esas personas ya nada es lo mismo.
Aunque no esteis os juro que os puedo
notar, siempre vais a ocupar un lugar muy especial en mi corazón, os
echo de menos.
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