Hay muchas personas que decían que era
imposible que con tantos kilómetros de distancia fuésemos tan
amigas, yo decía que les cerraríamos la boca, ahora veo que me
equivoqué, metí la pata hasta el fondo por creer en un infinito a
tu lado, por creer en las segundas oportunidades y en el perdón, en
realidad yo nunca lo olvidé, incluso me engañé a mi misma creyendo
que podíamos volver a ser una. La confianza da asco.
A pesar de todo aquello puede que
creáis que soy tonta pero no, tan sólo he madurado, a base de
golpes pero lo he hecho, que es lo que cuenta. He aprendido a sacar
cosas buenas de las malas, a olvidar todo el daño y centrarme
únicamente en todas aquellas veces que me has hecho sonreír. Suena
raro ¿verdad? No, no he olvidado todas las veces que llore por ti,
ni mucho menos, yo también perdono, pero no olvido, por mucho que
quiera eso es inolvidable.
Como es también inolvidable todos los
momentos a tu lado, por eso yo estaré justo ahí cuando me
necesites, si algún día necesitas algún amigo, alguien que te
escuche yo estaré ahí, no importa lo cerca o lejos que estemos.
Siempre que lo necesites apareceré, no
tienes porque preocuparte, tan solo es dar la vuelta a todos tus
problemas, cerrar los ojos e imaginarme a tu lado.
Dicen que eso es lo que te hace mejor
ser humano, y contigo o sin ti apoyándome, ese es mi reto.
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