jueves, 8 de noviembre de 2012

Se perdona pero no se olvida.


Hay muchas personas que decían que era imposible que con tantos kilómetros de distancia fuésemos tan amigas, yo decía que les cerraríamos la boca, ahora veo que me equivoqué, metí la pata hasta el fondo por creer en un infinito a tu lado, por creer en las segundas oportunidades y en el perdón, en realidad yo nunca lo olvidé, incluso me engañé a mi misma creyendo que podíamos volver a ser una. La confianza da asco.
A pesar de todo aquello puede que creáis que soy tonta pero no, tan sólo he madurado, a base de golpes pero lo he hecho, que es lo que cuenta. He aprendido a sacar cosas buenas de las malas, a olvidar todo el daño y centrarme únicamente en todas aquellas veces que me has hecho sonreír. Suena raro ¿verdad? No, no he olvidado todas las veces que llore por ti, ni mucho menos, yo también perdono, pero no olvido, por mucho que quiera eso es inolvidable.
Como es también inolvidable todos los momentos a tu lado, por eso yo estaré justo ahí cuando me necesites, si algún día necesitas algún amigo, alguien que te escuche yo estaré ahí, no importa lo cerca o lejos que estemos.
Siempre que lo necesites apareceré, no tienes porque preocuparte, tan solo es dar la vuelta a todos tus problemas, cerrar los ojos e imaginarme a tu lado.
Dicen que eso es lo que te hace mejor ser humano, y contigo o sin ti apoyándome, ese es mi reto.

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