Si llegas al punto en el que no te
acuerdes de que existo quiero que sepas una cosa.
Cada vez que miro una foto, cada vez
que huelo algo o toco con las malos un tipo específico de tela o
forma me recuerda a ti, me lleva a ti como si todas las cosas que hay
en mi mundo fueran similares a ti, como si todo lo que existe fueran
pequeños barcos con un destino final, pero esos barcos terminan
yéndose a pique, a la deriva si tú no me estás esperando.
Si poco a poco dejas de quererme yo no
voy a dejar de quererte poco a poco, bien, para mí eso es imposible,
no se me pasa por la cabeza un futuro sin ti. Si de repente me
buscas, yo estaré ahí, porque no te habré olvidado. Si consideras
que alguien que pase por mi vida esta ocupando tu puesto te
equivocas, porque como tú no hay nadie en este mundo y como yo no hay nadie que te quiera.
Piensa que en el pasado, un día, a una
hora concreta y en un lugar mágico yo te estuve abrazando con la
intención de que de mi lado no te fueras nunca, susurrándote y a la
vez gritando que no te fueras de mi lado nunca.
La gente es libre de decidir lo que
quiera, tu puedes echarme en el cajón del olvido y más tarde tirarme en el
baúl de los recuerdos, puedes optar por no acordarte de mi historia,
de nuestra historia, también puedes escoger abandonarme, dejarme
sola y no saludarme cuando nos crucemos. Esa es tu decisión, pero si
recuerdas esa día, a esa hora puedes volver a mi, yo te estaré
esperando con los brazos abiertos.
En mi nada se apaga ni se olvida, y
aunque la vida pase tu seguirás siendo mi mayor confidente, una gran
parte de mi vida.